Bienvenida

Bienvenido, amante del buen cine, cazador de historias, eterno espectador que decidió ceder desde hace tiempo al placer de descansarse en los sueños ajenos, sueños que se hacen propios y nos atan al tibio y fugaz suplicio del espectáculo que aguarda – siempre aguarda –, con total cautela nuevas mentes, almas, corazones, que atrapar en la odisea de un tiempo que no es tiempo, de un lugar que ya no es tal.

El cine, ese séptimo arte, merecía un sitio donde se le rinda el culto que bien se merece; donde se lo valore como lo que es, la más ingeniosa de las manifestaciones artísticas, la más sublime concepción del hombre que responde al deseo recurrente de tragarse el mundo tal y como es, y devolverlo en su esencia transformado, de principio a fin, de infinitas maneras. El cine no es más que eso: la absurda visión que se pierde en la pantalla, que se hace humo en el instante en que alcanza su único instante de existencia.

Compartamos la ironía de sentirnos miembros de una comunidad errante, en la búsqueda, casi alquímica, de encontrar en la gran pantalla esos mil enigmas del olvido, esos mil recuerdos de brillo y color.

Elijan bien su butaca... Relájense... Aflojen las tensiones... Apaguen celulares... Sientan las luces menguar... El sonido ya lo envuelve todo... La pantalla que se enciende...

La función ya está por comenzar.